viernes, 12 de diciembre de 2014

I
(Cuarta entrega)
Cantes sin guitarra o cantes a palo seco
-Romances
-Tonás
-Martinetes
-Carcelera
-Debla
-Saeta
-Nanas
-Los cantes de labor.

Es fácil distinguir  los cantes a palo seco ya que generalmente se cantan sin acompañamiento de guitarra. Hay algunas excepciones en que se cantan y se hacen grabaciones con el acompañamiento de la guitarra u otras veces se añaden acompañamientos rítmicos con golpes de martillo sobre el yunque para los martinetes.
Pero en general, es fácil diferenciarlos y darnos  cuenta de que estamos escuchando cantes de este grupo. 
Dentro de los diferentes cantes que se cantan  a “capella”, podemos encontrarnos con los romances, los cantes de labor, las tonás, las carceleras, los martinetes, la debla, las saetas y los cantes de labor.

Los romances o corridos proceden de los antiguos romances castellanos. Son restos aflamencados (engarzados  en formas musicales muy arcaicas) de los antiguos romances castellanos que se cantaban por toda la península. Hay quien considera que los romances establecen el origen del flamenco, pues no sólo de ellos se habrían originado, no solo  las tonás, sino la propia esencia del flamenco, el aflamencamiento  popularizado a partir de este momento.
Habrían generado una forma  de conducir la transformación de elementos musicales del folklore a los estilos flamencos que hoy conocemos.
 















José Mª Sobejano pintó esta obra, Cantador de Romances - 1875.

En la actualidad se reconoce como posible origen de muchas de las músicas y coplas flamencas, el antiguo romance. Se han encontrado influencias del mismo en cantes tan primarios como los polos y cañas, jaleos, tonás y martinetes, villancicos, soleares, romeras, alboreás, nanas, y en peteneras, saetas, bulerías... Los Romances probablemente estén en el origen del Flamenco.


Romance de Gerineldo.
Canta: El Negro del Puerto.

Gerineldo, Gerineldo
¿De dónde vienes tan triste y descolorido?
Gran señor qué quiere usted que triga
que la fragancia de una rosa
mi color se la ha comido.

Y le contesta el suegro, el rey, y le d ice:
Que por la mañana a estas horas
seréis esposa  y marido

Y salta Gerineldo y dice:
Tengo  juramento hecho
que con la Virgen que de la Estrella
que mujer que no  haya sido mi dama
de no casarme con ella.

Si esto me lo dice de verdad
con mi espada y la tuya
tenemos que pelear.

Yo he tenido la dicha
que con ella
hijo del conde Martín Lumbre
Gerineldo ya será.

Fíjate que en este cuellecito
que yo tengo
que tenía aquella cruz de ella.

Coge su caballo y se tira a campo travesía
y se encuentra unas vaquitas,
se encuentra unas vaquitas
con tanta  vaquería
y le pregunta al vaquero:

Vaquerito, vaquerito,
vaquerito de la cristiandad,
de quién es este ganadito.
Gran señor de quien va a ser
del Conde Martin-Lumbre
que por ahí ya vendrá.
Señor tío usted es el conde
que fíjese qué he soñado
que yo soy hijo de usted.
Le dice el rey:
Si tú eres Gerineldo
tu madre ella sí será.
Era la reina su hija
que en palacio
me encontró mi cautiva.

El amplio repertorio de romances que se conservan se ha  trasmitido en su mayor parte de forma oral, de padres a hijos.
Ha evolucionado considerablemente desde sus orígenes medievales, llegando a nuestros días, en algunos casos, con formas muy distintas a las versiones originales y, en otros muchos, con cierto espíritu de conservación y con un perfil, en apariencia, arcaico.

Romances
Canta: Agujetas El Viejo, José el Negreo y Dolores la del Cepillo.
Caballeritos y hombres buenos
y a España llevo el navío,
yo digo que nos traigan
y a una cristiana cautiva
que sea de duquesa o marquesa
o prendecita de gran valía
Ven aquí hijo del alma
también del almita mía
si yo a ti te cogiera en España
también te cristianaría
y por nombre a ti te pusiera
doña Ana de Alejandría
así se llambaa tu mare
y una tiita que a ti te mecía.
Que motivos te he dao yo
que motivo y que palabra
que pa peirme tu a mí un favor
no es menester que arrodillaras
Abre como yo mande
por una cristiana cautiva,
mira, por mi buena suerte
me has traído una hermana mía
Veinte navíos yo tengo puestos
pa que llegue a España
mi cuñadita de mis entrañas.
En Andalucía se ha conservado una parte muy importante del Romancero y, con el nacimiento del arte flamenco, los romances sirvieron de  soporte literario a las primeras versiones flamencas. Los gitanos de  Andalucía recogieron estos romances y transformándolos a sus gustos y a sus posibilidades les  pusieron melodías flamencas.
Se pueden oír los mismos romances con distintas melodías adaptadas según la zona de donde provengan

Los romances flamencos se denominan  también  corridos, corridas, carretillas o deciduras. Originariamente parece ser que se cantaban sin acompañamiento instrumental pero a veces se les añade, la guitarra como instrumento acompañante. A veces se acompaña con la guitarra con ritmo de solea bailable.
El primero que deja documentación escrita sobre los romances andaluces, prestándoles atención y preocupándose por su búsqueda, es el escritor costumbrista Serafín Estébanez Calderón, quien desde Málaga escribe a Pascual de Gayangos el 21 de abril de 1839:
“(por no perder tiempo, voy recogiendo algunos romances orales, que se encuentran en la memoria de algunos cantaores, romances que no se encuentran en ninguna colección de las publicadas, ni antigua ni moderna. El uno es el romance de Gerineldo, otro es el del Ciego de la Peña, y me han prometido cantarme y dejarme aprender otro que se llama el de La princesa Celinda, que sospecho que pueda ser alguno de los moriscos del Romancero General. Si me preguntas por qué estos romances no se hayan impresos, de dónde han venido, porqué se han conservado en esta parte de Andalucía, son cuestiones que no podré satisfacer cumplidamente)”. 
Años más tarde, en 1847, en sus Escenas Andaluzas, se vuelve a referir a los romances citando  al intérprete: El mítico Planeta.
Actualmente dos clases de romances. Los que se atienen a las formas clásicas, preservando las características antiguas y que los han interpretado cantaores como José de los Reyes Santos (EL NEGRO), Juana y Alonso el del Cepillo, Agujeta el viejo, la sabiduría del Bengala, etc…y muchas otras personas anónimas que han ayudado a conservar estos tesoros literarios.
Y los que utilizan la guitarra acompañando con soleá por bulerías. Entre estos hay que destacar a Chiclanita, el Tío Rivas o Moroncillo, los miembros de la familia Chaqueta y por supuesto: Antonio Mairena.
En 1958, Antonio Mairena graba el primer romance de Bernardo del Carpio en su disco CANTES DE ANTONIO MAIRENA.
Después de Estébanez Calderón, los romances no contaban muy poco  en el repertorio flamenco. La primera vez que se incluyeron en una antología del cante fue en la que se hizo con los recogidos en la provincia de Cádiz en el año 1971, concretamente en el Puerto de Santa María. Dieciséis fueron recuperados y sus intérpretes fueron: El Cojo Pavón, Agujeta el Viejo, El Chozas de Jerez, y los portuenses El Negro, Dolores, Juana y Alonso el del Cepillo todos gitanos y casi ninguno era profesional. Eran cantaores cuya  edad iba de los  setenta a los ochenta años y sabían los romances que cantaban por su amplia tradición familiar.
Estos cantes están recogidos en la Magna Antología del Flamenco editada por José Blas Vega,  una soberbia aportación a la cultura del flamenco. De  estos y magníficos documentos del flamenco  deriva una gran parte de los palos del cante grande.
SOBRE LOS ROMANCES FLAMENCOS
En la actualidad se acepta como probable origen de muchas de las músicas y coplas flamencas, el antiguo romance. Se han comprobado las  influencias de los romances en cantes tan primarios como los polos y las cañas, los jaleos, las tonás y los martinetes, en los villancicos, en las soleares, en las romeras, en las alboreás, en las nanas  y en las peteneras, saetas, bulerías, etc...

El libro "Corridos, corridas o carrerillas, verdadero origen del cante flamenco" (1971) de Suárez Ávila, expone el romancero de los gitanos de El Puerto. Sin embargo, hasta que 1958  Antonio Mairena graba el primero -"Romance de Bernardo el Carpio"-, los romances no se escuchaban casi nunca en el repertorio de los cantaores flamencos.
Mairena dice del romance que  "es de una pureza grandiosa, y tiene algunos aires de soleá bailable", lo cual nos remonta a las formas primitivas de los jaleos.
Características de los Romances Flamencos
Tonalidad:
El romance se realiza, como las bulerías por soleá, en la tonalidad modal de la escala andaluza.
Compás
En  una gran parte de los romances, el compás de la soleá por bulerías es el que adoptan así como el más animado de las bulerías. En realidad es el jaleo el modelo por el que hoy se rigen la mayoría de los romances.
Estrofa
El romance flamenco usa los versos octosílabos como soporte literario. Algunos tienen estructura literaria similar a las coplas, es decir están compuestos por tres o cuatro versos de arte menor, generalmente octosílabos, dispuestos en forma de “cuarteta de romance (8- 8a, 8- 8a), de seguidilla (7- 5a 7- 5a) o de redondilla (8a 8b, 8b 8a).
La denominación como corridos o corridas que se les aplica, se relaciona con la continuidad en la forma de cantarlos siguiendo la letra un argumento -van de corrido-, diferentes al resto de los cantes flamencos ( con excepción de algunos como ciertos martinetes), que se conforman en estrofas independientes sin ningún hilo narrativo o argumental.
Claves
Los romances poseen una melodía muy particular, es una cadencia melódica que es bien identificable.
Se percibe en los ejemplos que ponemos a continuación, con un primer verso ascendente que cierra con uno descendente, manteniendo la tensión que implica el argumento de un romance y reservando las cadencias descendentes para el verso final de cada fragmento

ROMANCE
Romance de la princesa Celinda 6:10
Antonio Mairena
Guitarras: Melchor de Marchena y Enrique de Melchor
Antonio Mairena fue una verdadera institución en el cante por romances. Aunque no todos los romances se interpretaron al son de soleá bailable / jaleo, así los cultivó Mairena y así arraigaron en la afición. En la melodía vocal deja Mairena una muestra de los modelos
diferenciadores de estos cantes, con su característico sentido reiterativo, como corresponde a cantes con letras extensas que van ligadas unas a otras.

ROMANCE
Romance de Gerineldo 3:28
La Perrata y El Lebrijano
Guitarra: Pedro Peña

El antiguo romance se ha preservado en Andalucía la baja y ha sido fuente prima de inspiración para el cante jondo gracias al pueblo gitano, que ha ido pasando el testigo de generación en generación. No cabía un mejor ejemplo que el que nos dan aquí madre e hijo rescatando del olvido el legendario romance de Gerineldo, ahora en clave flamenca. María Fernández Granados, La Perrata (Utrera, Sevilla, 1922 - Lebrija, Sevilla, 2005) con la guitarra de su hijo Pedro Peña Fernández (Lebrija, Sevilla, 28/2/1939) y el cante del gran artista Juan, El Lebrijano (Lebrija, Sevilla, 22/8/1941). Se grabó en 1970 y sirvió para darnos a conocer a María.



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jueves, 22 de mayo de 2014